“Tienes la boca llena de caries” es algo que nadie quiere oír decir a su dentista. Incluso una sola caries no es una buena noticia. Entonces, ¿cómo evitar que eso ocurra? Las caries no tienen ningún misterio: son simplemente agujeros en los dientes que se forman debido a las bacterias y el ácido que se acumulan en la boca. Las caries más pequeñas deben empastarse; las caries más grandes pueden requerir una corona o incluso una endodoncia si son demasiado profundas. Sin embargo, puedes evitar todo el dolor, las molestias y los gastos que conllevan las caries incorporando unas sencillas prácticas a tu rutina de higiene diaria.
Nuestros mejores tips para prevenir caries
- Cepíllate los dientes al menos dos veces al día, preferiblemente después de las comidas y justo antes de acostarte, cuando las bacterias tienden a proliferar. Debe utilizar un cepillo de dientes firme, pero no grueso, y una pasta dentífrica con flúor. Cepíllate a fondo porque los restos que quedan en los dientes pueden acabar formando una caries. Recuerda enjuagar el cepillo al terminar para mantenerlo libre de bacterias.
- Utiliza hilo dental, a ser posible justo después de cepillarte, para eliminar cualquier resto de comida que haya quedado atrapado entre los dientes, sobre todo los de abajo. Ahí es donde más se acumulan las partículas de comida atrapadas y el cepillo de dientes no llega. Utiliza el hilo dental de forma uniforme y suave para no irritar las encías. Puedes comprar “picos” de hilo dental (pequeños palillos con hilo en el extremo) para llegar a los dientes posteriores de difícil acceso.
- Utiliza un irrigador bucal (por ejemplo, un pico de agua) para eliminar la placa, que es una sustancia pegajosa formada por la saliva que atrapa los alimentos en la superficie de los dientes. Es lo que elimina tu higienista dental cuando acudes a una limpieza. La placa acumulada es una de las principales causas de la halitosis crónica (mal aliento) porque, una vez que se endurece en los dientes, es difícil eliminarla.
- Enjuágate enérgicamente con un buen colutorio, preferiblemente uno que contenga flúor u otros agentes anticaries, después de cepillarte los dientes. Debes tener en cuenta que los enjuagues bucales con alcohol pueden resecar en exceso la boca, y la sequedad bucal contribuye en gran medida a la proliferación de bacterias y a la enfermedad periodontal. También puedes comprar enjuagues bucales que contengan agentes blanqueadores de dientes.
- Estimula suavemente las encías con limpiadores de placa cuando te cepilles los dientes o cepíllate cuidadosamente las encías con el cepillo de dientes. No puedes tener unos dientes sanos sin unas encías sanas. Las enfermedades de las encías (gingivitis) son una de las principales causas de problemas dentales como las caries, porque son un caldo de cultivo para los gérmenes. Las encías inflamadas o hinchadas son la primera señal de que tienes problemas.
- Evita los alimentos o bebidas azucarados, como los dulces y los refrescos. El azúcar es el enemigo número uno de los dientes y provoca la caries. Si los tomas de vez en cuando, cepíllate los dientes y enjuágate poco después para que el azúcar no permanezca demasiado tiempo en ellos. (¡No te olvides del azúcar que le echas al té o al café!).
- Siga una dieta “amiga de los dientes” que favorezca una buena salud dental. Por ejemplo, el calcio, las proteínas, la fibra y ciertas vitaminas como la C, D y E ayudan a mantener los dientes fuertes. Los lácteos, los cereales integrales, las carnes magras, los frutos secos, los huevos, las frutas frescas y las verduras de hoja verde son buenas fuentes de estos nutrientes y deberían estar siempre en tu lista de la compra.
- Considera la posibilidad de tomar suplementos vitamínicos y minerales para reforzar los nutrientes mencionados; es posible que los alimentos no te aporten lo suficiente. El potasio, el fósforo y el magnesio son esenciales para mantener una buena salud ósea y dental. Consulte siempre a su médico antes de empezar a tomar suplementos.
- Mantente bien hidratado. Las bacterias proliferan en las bocas secas, así que ¡bebe! No es necesario que bebas mucha agua de una vez; basta con que bebas sorbos periódicamente a lo largo del día. También puedes masticar chicle sin azúcar, que favorece la producción de saliva y ayuda a evitar que se te seque la boca. Una buena hidratación también es necesaria para una buena salud corporal en general, así que todos salimos ganando.
Programe visitas regulares a su dentista o higienista. Para la mayoría de las personas, la Asociación Dental Americana recomienda dos visitas al año para mantener unos dientes normales y sanos; tu dentista puede sugerirte citas más frecuentes si tienes algún problema continuo.
¿Parece mucho que recordar? En realidad no lo es, teniendo en cuenta los beneficios que aportan estos sencillos hábitos. Y ten en cuenta que una boca sana es importante para el bienestar general; una higiene dental deficiente se ha relacionado con una serie de problemas graves, como las enfermedades cardiovasculares.
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